PALMIRA

Desde la superpoblada costa conducimos por el desierto, preguntándonos cuanto costará la entrada a la ciudad antigua de Palmira y casi sin darnos cuenta, terminamos acampados en el centro de una ciudad con más de dos mil años de historia sin encontrar taquilla alguna. Nos sorprende ver circulando entre las ruinas: rebaños de dromedarios, motos, coches, etc.
De la esplendorosa ciudad que en su día fue parada indispensable para las caravanas que cruzaban el desierto en su ruta hacia el lejano Oriente, hoy apenas queda una pequeña muestra. Aun así vale la pena la visita, sobretodo por el magnífico emplazamiento junto a un palmeral en mitad del desierto. El mejor punto de vista se obtiene desde el castillo musulmán que hay frente a las ruinas desde donde se contemplan desierto, palmeral y las ciudades nueva y antigua.