TIERRA DE NADIE

01.11.09

Por fin llegamos a la misteriosa frontera entre Marruecos y Mauritania, durante los meses previos al viaje hemos buscado información sobre ésta frontera, encontrando muy distintas versiones de cómo es este paso por tierra de nadie. Hasta que no estás aquí no te puedes imaginar cómo es en realidad.
Pasados los trámites de salida de Marruecos llegamos al fin del asfalto y se abre ante nosotros una zona de desierto con numerosas pistas y sus variantes, todo ello salpicado de numerosos vehículos abandonados (viejos y nuevos) y de grupos de personas que tratan de convencernos para que les contratemos como guías. Sin olvidar que la zona es peligrosa por la presencia de minas, aunque a juzgar por la de gente que transita por el lugar deben estar bastante lejos de las zonas de paso.
Como nosotros no tenemos intención alguna de pagar por nada, iniciamos la travesía detrás de un grupo de franceses que nos aseguran conocen el camino y que a los pocos metros se detienen y empiezan a dudar, en consecuencia tomamos nuestro propio camino. En unos metros observamos dos turismos atrapados en la arena, conseguimos esquivarlos y superar la gran bañera de arena, aunque quedamos atrapados a la salida. Así que manos a la obra; pala, planchas y a cavar. Salimos fácilmente. Los busca vidas intentan por todos los medios que les contratemos, y en vista de que no lo consiguen, nos dan indicaciones, que sabemos nos conducirán por mal camino, ya que además del negocio de guías cobran por sacar los coches de la arena.
Finalmente decidimos efectuar cada tramo de pista a pie verificando cuál es la mejor opción. Y de éste modo conseguimos alcanzar el puesto fronterizo Mauritano.
En total tardamos unas cinco horas en recorrer los 4 km y realizar los trámites en ambas fronteras.
Delante nuestro se extiende la recientemente construida carretera que va de Nouadhibou a Nouakchott, atravesando puro desierto.